El primer parto en el agua registrado en la modernidad, tuvo
lugar en Francia en 1803. El caso, que fue detallado en un periódico de la
sociedad médica francesa, argumenta que una mujer que había estado en
dilatación durante cuarenta y ocho horas encontró un alivio en su lento
progreso sumergiéndose en el agua caliente. Después de estar unos intantes en
el agua el bebé nació rápidamente.
Desde que a finales del 2007 el Ministerio de Sanidad aprobara
De hecho, en algunos lugares, como Países Bajos y el Reino Unido, estos partos son algo generalizado desde que en los años setenta el médico francés Michel Odent descubriera que la inmersión en agua caliente aliviaba el dolor de las contracciones y favorecía la dilatación del cérvix, especialmente en las mujeres con contracciones ineficaces.
Pero exactamente, ¿cómo ayuda el agua a dilatar? Estar en el agua, relajarse y sentirse más ligera favorece el movimiento y ayuda a adoptar las posturas que pide el cuerpo durante todo el proceso del parto. Está comprobado que la inmersión en agua caliente acorta el proceso de ésta primera fase del parto: la dilatación. Los beneficios son, entre otros, la reducción de las tasas de intervenciones. Cuando la mujer se encuentra relajada, sin prisas y con control de la situación, el cerebro medio trabaja de manera muy precisa para producir las hormonas necesarias en el momento adecuado, siguiendo así un proceso natural que culminará en el nacimiento:
- Adrenalina: Es la hormona del estrés y alcanza su pico máximo con la expulsión del bebé, pero si se mantiene a niveles altos durante la dilatación, endurece el cuello del útero y son necesarias más contracciones para llegar a la dilatación completa.
- Endorfinas: Son analgésicos naturales y su producción aumenta cuando la embarazada no se encuentra sometida a muchos estímulos sensoriales; en el agua se logra un aislamiento perfecto.
- Oxitocina: Imprescindible para que las contracciones sean efectivas. La redistribución del volumen sanguíneo que se produce con la inmersión en la bañera activa la hipófisis, encargada de segregar esta hormona.
Recomendaciones:
-El uso de estas bañeras no requiere una
preparación específica, basta con acudir a las clases de preparación al parto
normales.
-En cuanto a los requisitos, deberás estar
a término y que no te hayan diagnosticado alguna complicación que pueda
comprometer el parto natural (placenta previa, bebé de bajo peso, posición
fetal inadecuada…)
-Su uso sí está indicado en mujeres que
hayan tenido antes partos prolongados y en primerizas en las que se prevé una
dilatación larga.
-La temperatura del
agua debe mantenerse a 37ºC o menos, pero sin tener sensación de frescor. Una
temperatura más alta podría producir alteraciones fisiológicas.
-Es recomendable
una bañera grande y profunda, que ofrezca comodidad
-El momento más
favorable para iniciar el baño son los 5 cm de dilatación.
-El recién nacido
está adaptado a la inmersión y entra en un medio que le resulta familiar.
-La temperatura de
la habitación debe ser cálida para que no existan grandes contrastes
de temperatura.
-Mantener al bebé
en contacto con el agua caliente y secarlo
tras salir de la misma.
Alba Martínez
2 comentarios:
En el trascurso del parto, la secreción de adrenalina inhibe la secreción de oxitocina. Es por esto, por lo que es muy importante favorecer un entorno relajado y agradable. El ambiente en un parto es un factor esencial. Es importante mantener la intimidad de la mujer al igual que permitir a la mujer que "desconecte" en el transcurso del parto. Demasiados estímulos sensoriales, como por ejemplo estar hablando con la mujer constantemente, no permiten la inhibición del neocórtex, lo cual enlentece la secreción de endorfinas y oxitocina.
En cuanto al tiempo que puede estar la mujer, de forma ininterrumpida, se recomienda una inmersión en el agua no superior a 90 minutos.
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