miércoles, 3 de abril de 2013

Lactancia inducida.



La lactancia inducida, consiste en estimular la producción de leche en una mujer que no ha estado embarazada, es el caso por ejemplo, de mujeres que adoptan un niño y desean darle el pecho.
Es un procedimiento largo y dificultoso, el requisito fundamental para poder conseguirlo es la convicción de que es posible y el deseo de amamantar a tu hijo. Partiendo de esto os ofrecemos algunos consejos para alcanzar vuestra meta:


- Se recomienda comenzar la estimulación del pecho unos 2 meses antes de la llegada a casa del bebé. Lo ideal sería  realizar un masaje sobre la mama y después utilizar un sacaleches eléctrico. Lo más importante es estimular el pecho con frecuencia, debes empezar poco a poco, lo ideal serían sobre unas 8 veces al día y no permanecer con el sacaleches más de 10-15 minutos en cada pecho.



- No está probada la necesidad de tratamiento hormonal, puede ayudarte el uso el uso de galactogogos, consulta a tu médico sobre este tema.
- Una vez que el bebé entre en tu familia es muy importante la cercanía, mantén el contacto piel con piel el mayor tiempo posible y ofrécele el pecho con frecuencia. Las tomas nocturnas aumentan la producción de prolactina. Y la cercanía aumentará vuestro vínculo afectivo.



- Es posible que no produzcas la suficiente leche como para suplir las necesidades nutricionales de tu bebé, sobre todo en un principio. Puedes utilizar un relactador, una cucharilla o un vasito para ofrecerle el suplemento que necesite. Una vez que la producción aumente podrás ir reduciendo el suplemento, Debes controlar la evolución del peso del niño.









-  Evita inicialmente el uso de chupetes y biberones hasta conseguir un agarre eficaz. Si el bebé no se agarra con facilidad al pecho puedes dejar gotear unas gotas de leche sobre el pezón.

-        Debes pedir consejo de un profesional, acudir a un grupo de apoyo a la lactancia puede serte de gran ayuda para compartir experiencias y resolver dudas.




- Relájate y disfruta de tu hijo, el estrés dificulta la producción láctea.



Alba López

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