lunes, 31 de diciembre de 2012

Triste comienzo de año para la anticoncepción en A Coruña

El Sergas pretende que sólo dos ginecólog@s  atiendan 152 mil mujeres en los centros de orientación familiar de A Coruña

          
           La jubilación del único ginecólogo del COF del Ventorrillo sembró entre el cuadro de persoal la duda sobre su continuidad. La consellaría de Sanidade dice que debe liberar las dependencias en que ahora se asienta, la dirección médica aún non fué nombrada y las agendas están cerradas. El desmantelamento supondría que el otro centro, el de Orillamar, asumiría la demanda de toda la comarca sanitaria, alrededor de 40 ayuntamientos.
             Este COF, creado a raíz de un plan ministerial de Centros de orientación familiar ejecutado en 1983, fue el primero en funcionar en la provincia de Coruña y brinda atención a 61.674 mujeres de un total de 37 ayuntamientos . De cerrar sus puertas, toda la comarca sanitaria coruñesa tendría que ser consultada en el otro COF de A Coruña, el de Orillamar, con un cuadro de persoal mixto dependiente del Sergas e del Gobierno municipal --en virtud de un convenio con la Xunta-- y donde l@s xinecólog@s atienden ya una población de 90.800 mujeres, según datos de 2011 del Instituto estatal de estatística (INE).
           Sumados los censos de ambos COF, es@s dos xinecólog@s tendrían que atender alrededor de 152 mil mujeres. El equiopo de Orillamar consultaría también los hombres de entre 15 e 70 años que así lo requieran. La cifra del INE hace referencia a mujeres en edad fértil, de entre 15 e 54 años, si bien l@s trabajador@s aseguran que hasta las instalaciones de ambos COF también se acercan mujeres de menor edad buscando información relacionada sobre todo con la interrupción voluntaria del embarazo. Del posible desmantelamiento surge una  pregunta que el equipo médico traslada a la Xunta: "que pasa con los derechos sexuales y reprodutivos de las mujeres?"
           Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, tomando en cuenta la población y que en estos centros se derivan mujeres de ayuntamientos del entorno  rural y alrededores de A Coruña, la ciudad debería contar, por lo menos, con tres COF. Tenemos dos, y el cuadro de personal duda de la continuidad del Ventorrillo. Ambos centros son los puntos de referencia en materia de anticonceptivos, problemática afectivo-sexual, conflitos de pareja, la IVE e incluso a la hora de solicitar ayuda en situaciones de violencia machista.
        Así las cosas, aquellas mujeres grávidas que no quieren ser madres, son derivadas en primera instancia hasta estos COF para que les faciliten la información que contempla la LO 2/2010 y a dónde tienen que regresar a los tres días, periodo 'de reflexión' obligatoria que contempla la normativa vixente; son est@s profesionales las que redactan el informe que llegará al Sergas para que a la embarazada se le practique el aborto solicitado.
        En el COF del Ventorrillo se realizan también citologías --evitando que problemáticas puntuales deriven en patologías mayores y requiran de atención primaria-- y se colocan métodos anticonceptivos, practicando las correspondientes revisiones y vigilancia de efectos secundarios o complicaciones que pueden surgir después de su colocación. Esta atención "garantiza que las mujeres puedan escoger por sí mismas manejando toda la información, e no que escoja por elas un médico de cabecera", apuntan traballador@s del centro, subrayando que lo que está en juego no son ni unas instalacines de un COF ni los despidos del cuadro de persoal, sino "la autonomía de todas esas mujeres".
         Con la situación actual había ya una lista de espera de entre tres meses y un año, excepto en la primera consulta --informativa-- o excepto la recomendación de un anticonceptivo cuyo uso no requiere revisión ginecolóxica. "Si se absorve el COF y no disponen del cuadro de personal del Ventorrillo aumentará la lista de espera porque es imposible atender tanta demanda, e la consecuencia segura es que aumentarán los embarazos no deseados", remarcan. Tiene claro que este centro, sin el ginecólogo, de no cerrar quedaría relegado a "un dispensario" de anticonceptivos.

Cris Valiño

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