Tal vez el embarazo ha sido un momento que ha conseguido acercarte al sistema de salud de tu comunidad. Un lugar que, por suerte, no habías frecuentado demasiado pero que ahora conoces un poco mejor. Has compartido varios meses de espera con tu matrona y ella ha aprovechado la ocasión para recordarte que no tenías una citología reciente y te ha propuesto realizar una tras el puerperio. Ahora ha pasado el tiempo y ha llegado el momento de solicitar la cita, pero no sabes muy bien qué es lo que te van a hacer, si es realmente importante o si será incómodo,... incluso doloroso. Continúa leyendo y tal vez te ayudemos a acudir más segura y confiada.
La citología cervical o prueba de Papanicolau es una prueba para comprobar la normalidad del cuello del útero (cérvix uterino). En la mayoría de las mujeres los resultados de la prueba indican que no hay ningún problema. Pero para una de cada diez mujeres aproximadamente, la prueba indica cambios en las células que pueden ser causados por muchos factores, aunque la mayoría de estos cambios no llegarán nunca a convertirse en un cáncer cervical.
Necesitas hacerte una citología porque el cáncer de cuello de útero puede prevenirse. Los signos de que el cáncer puede llegar a aparecer pueden detectarse de forma precoz, por lo cual puede evitarse antes de que aparezca. Es un cáncer de crecimiento muy lento y que produce lesiones en las células que son fácilmente visibles con una citología. Muchas de ellas, sobretodo las denominadas "de bajo grado" regresarán a la normallidad, por lo que será suficiente vigilarlas para comprobar que el cuello del útero vuelve a ser normal. Otras lesiones, las de "alto grado", se pueden tratar, evitando así que evolucionen a cáncer de cuello de útero. La evolución de estas lesiones suele durar años antes de dar lugar a un cáncer cervical. En muy pocas ocasiones puede detectarse un cáncer, pero éste además se encontraría en un estadío muy precoz, lo que permitirá su curación en prácticamente todos los casos. La mayor parte de las mujeres que han sufrido un cáncer de cérvix no hicieron las citologías periódicas. No hacerlas es uno de los mayores factores de riesgo de sufrir cáncer de cérvix.
El programa gallego de detección precoz del cáncer de cérvix ofrece la prueba de forma gratuita a todas las mujeres entre 20 y 64 años. No se recomienda comenzar antes de los 20 años, ya que por debajo de esta edad las alteraciones que pueden observarse serán, en su gran mayoría transitorias y desaparecerán espontáneamente. La evolución de las que no desaparecen por sí solas es suficientemente lenta para que se detecten aún en un estadío precoz en las citologías posteriores. Y aún cuando entres en el climaterio o menopausia, seguirás necesitando la prueba para comprobar que tu cuello uterino está sano. Será necesario consultar la necesidad de hacer la prueba en caso de:
- mujer que haya pasado por una histerectomía (extracción quirúrgica del útero)
- mayor de 65 años
- mujer que no haya tenido nunca relaciones sexuales
Después de un resultado normal, la prueba debe repetirse cada 3 años. Se hicieron muchos estudios para decidir cuál es el intervalo más adecuado para repetir las citologías y en los últimos años se ha llegado al consenso de repetirlas cada 3 años. Hacerlas con más frecuencia no supone ningún beneficio. No obstante, hacerlas más a menudo (cada año o cada dos años), aumenta el riesgo de detectar lesiones que van a desparecer por sí solas y que no necesitan tratamiento.
¿Cómo es la prueba?
El profesional que vaya a realizar la prueba te pedirá que te desnudes de cintura para abajo y que te acuestes en una camilla. A continuación introducirá en tu vagina un pequeño instrumento, llamado espéculo, para mantener separadas sus paredes. Después empleará una espátula pequeña o un instrumento parecido a un cepillo para recoger algunas células superficiales del cuello de tu útero. Una vez depositadas las células en un portaobjetos o en un recipiente pequeño con líquido, se envían al laboratorio para que lo examinen al microscopio. La prueba no es dolorosa y dura sólo unos minutos.
No podremos realizarte la prueba durante la menstruación. Asegúrate de solicitar una cita para antes o después de la regla. El mejor momento es en la mitad del ciclo menstrual. Tampoco deberás usar tampones, espumas anticonceptivas, gelatinas o medicamentos vaginales durante los tres días previos a la prueba. Los resultados se te comunicarán en tu centro de salud. Tardarán aproximadamente 8 o 9 semanas.
Si te preguntas qué grado de fiabilidad tiene este examen te tranquilizará saber que la detección y el tratamiento precoces pueden impedir la aparición de alrededor del 75% de los cánceres pero, del mismo modo que otras pruebas de detección precoz, tampoco es perfecta, por lo que alrededor de 1 de cada 10 pruebas debe repetirse porque:
- puede ser que la mujer tenga una infección que deba ser tratada antes de poder obtener una muestra de material utilizable
- las células cervicales en la muestra de prueba quizás fueran ocultadas por sangre o mucosidad
- tal vez no haya suficientes células cervicales en la muestra para una evaluación exacta
- es posible que la muestra no se haya preparado debidamente o
- el protaobjetos ha podido romperse
¿Qué significa que me vuelvan a citar?
Rara vez esto significa que tienes un cáncer. Podría significar, simplemente, que tu muestra no se vió claramente y que es necesario hacer otra prueba. Por otro lado, el resultado podría identificar algunos cambios sin importancia en las células del cuello uterino. Si se detectan cambios anormales, necesitarás nuevas pruebas que aseguren que el cuello de tu útero está bien. Esto no equivale a cáncer. Con todo, a veces se detecta un cáncer cuando tras una citología de resultado anormal se realizan más pruebas. Por eso es importante que sigas las recomendaciones del personal sanitario.
¿Se puede hacer algo en el caso de cambios anormales?
Sí. El profesional sanitario te explicará qué hacer. Tal vez te pida que regreses para repetir la citología porque es posible que las células anormales vuelvan a la normalidad espontáneamente.
Con todo, quizás te pidan que vayas al hospital para hacerte un examen más exhaustivo denominado "colposcopia". Este examen consiste en visualizar de forma más precisa el cuello del útero, y el instrumento que se utiliza, llamado colposcopio, no es más que una lente de aumento, como una lupa, con una luz que le permite al ginecólogo identificar cualquier zona con células anormales. El examen acostumbra a ser indoloro. Si se identifica alguna zona anormal, se recogera una pequeña muestra de tejido de superficie del cérvix. Esto es una biopsia, que suele ser de tamaño muy pequeño y no dolorosa. El resultado de la colposcopia y de la biopsia permite saber con más precisión si necesitas o no tratamiento y cuál es el tratamiento más oportuno. El tratamiento, en caso de necesitarse, es un procedimiento que suele hacerse en consultas externas sin ingreso hospitalario. Se trata, en la mayoría de los casos, de extirpar una lesión precancerosa para evitar que pudiese progresar a un cáncer cervical, ya que muy raramente la biopsia muestra cambios celulares que ya hayan progresado a cáncer.
Por último debes saber que la citología cervical no detecta todas las anormalidades del cuello uterino por lo que si, a pesar de realizar las citologías periódicas y de que estas sean normales, nota algún síntoma como, por ejemplo, sangrado o dolor con las relaciones sexuales o sangrado entre las menstruaciones o un flujo anormal, debes consultar con tu médico.
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Cris Valiño
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