lunes, 18 de febrero de 2013

Colecho

            Como colecho se entiende dormir con tus hijos. Se puede hacer desde dormir en la misma cama, como tener una cuna especialmente diseñada para ir adosada a la cama familiar, o bien usar una cuna convencional sin uno de los lados y adosarla a la cama donde duermen los padres. Muchas veces, en lugar de una cuna se pone otra cama individual adosada a la cama mayor.
           Existen opiniones encontradas con respecto a esta práctica, pero tal y como argumentan en www.crianzanatural.com  de lo que no hay duda es de que la raza humana, durante toda nuestra historia desde que éramos unos primates que vivíamos en cuevas, ha practicado el colecho. Es solamente en los últimos 150 años, con la llegada de casas con varias habitaciones, que se separa a los bebés para que duerman lejos de sus padres. Durante cientos de años, las madres amamantaban a sus bebés durante la noche, casi sin despertarse. Los bebés recibían protección, afirmación emocional, "lecciones de cómo respirar", calor y leche materna. Si el bebé tiene alguna dificultad, si vomita, o tiene frío, los padres están a su lado para socorrerle. De hecho, si la temperatura corporal del bebé sube demasiado, la de la madre baja para compensarlo. La proximidad con su madre estimula la lactancia materna. Los niños que duermen con sus padres amamantan más a menudo que los que duermen en otra habitación (casi el doble y durante casi 3 veces más tiempo). Esto hace que tengan un ritmo de sueño distinto. Su fase profunda de sueño es mucho menor, con lo que el riesgo de la muerte súbita (que se supone ocurre en esta fase) es más bajo. Además, el desarrollo neuronal ocurre en su máximo esplendor en la fase de sueño menos profunda, con lo que al practicar colecho, no sólo se le da más leche materna, que es ideal para su protección fisiológica, sino que se está potenciando su desarrollo mental.
 
             Los expertos hablan acerca del tema del siguiente modo: la psicóloga Rosa Jové, comentó en una de sus múltiples entrevistas “Esta misma noche, el 87% de los niños y niñas del mundo han dormido acompañados. Y no sólo en países del tercer mundo, donde se da en un 100%, sino también del primer mundo. Japón tiene índices del 97%; Suecia, Dinamarca y Noruega, del 92%; Alemania, del 6o%… Donde se practica menos es en aquellos países en los que la industria farmacéutica y de puericultura tiene más fuerza: la Europa mediterránea y Estados Unidos. ¿Por qué? Muy sencillo, si dormimos con nuestro hijo, no hace falta que compremos una cuna, ni que le pongamos chupete, ni que le demos biberón…. Aun así, en España, que es uno de los países en que se practica menos, se llega al 54%. Al fin y al cabo, SOMOS MAMÍFEROS y, por lo tanto, nos caracterizamos por tres elementos: mamamos leche de nuestras madres, dormimos juntos y nos desplazamos en manadas. No olvidemos que nuestro bebé es un mamífero”
 
           El doctor J. M. Paricio Talayero, Jefe de Servicio de Pediatría del Hospital Marina Alta de Denia y miembro del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría, hizo hace unos años una revisión bibliográfica de los estudios científicos que habían estudiado el colecho y publicó un extenso trabajo en el que explicaba varios argumentos a favor del colecho:
  •  Es una práctica ancestral muy extendida en los humanos,  dándose las cifras más bajas en Occidente desde los últimos 200 años, porque argumentan, sin pruebas, que una separación precoz de la madre favorecería una mayor autonomía del niño
  • En zonas en las que el colecho está muy extendido (Japón, Hong- Kong, inmigrantes de Bangladesh en Londres), la Muerte Súbita del Lactante tiene muy escasa incidencia
  • Aumenta la independencia y mejora el desarrollo psicológico de los niños o no da ninguno de los pretendidos problemas conductuales o de personalidad
  •  Mejora la estabilidad respiratoria, la oxigenación, la termorregulación o el aumento de temperatura, provoca despertares sincronizados con la madre, disminuye las fases profundas del sueño, y otros efectos fisiológicos sin que se sepa de algunos cual es su importancia
  •  Aumenta la prevalencia y duración de la Lactancia Materna y la producción de leche, y aumenta las horas de sueño de las madres que amamantan siendo todo ello discutible, pues hay trabajos a favor y otros en contra, argumentando los primeros que como la Lactancia Materna protege de la Muerte Súbita, el colecho, indirectamente prevendría la Muerte Súbita. Aunque hay aún controversia acerca de si la Lactancia Materna protege de la Muerte Súbita, dados los beneficios comprobados de la Lactancia Materna, bastaría con que fuese cierta la relación entre Colecho y Lactancia Materna
       También Carlos González, pediatra mediático por excelencia, se pronuncia al respecto:
 
 
 
            UNICEF en sus recomendaciones acerca del colecho dice lo siguiente: las madres que  tienen al bebé cerca lo llegan a conocer mejor y aprenden a saber cuándo tiene hambre y quiere comer. Se recomienda que los seis primeros meses lo tengan en la misma habitación con ellas, sobre todo por la noche, para evitar la “muerte de cuna” (muerte súbdita del lactante). Si está amamantando, lo más probable es que le sea más cómodo dormir con el bebé en la misma cama. Así el bebé puede comer cuando quiere sin que la mamá tenga que levantarse. Además, cuando los bebés están cerca de la madre se tranquilizan fácilmente y muchos duermen mejor. Sin embargo, la mamá que duerme con su bebé debe tomar ciertas precauciones para protegerlo. Las más importantes se ponen en lista en el cuadro a la derecha.
Otros factores importantes para la protección del bebé son:
. El colchón debe ser firme y parejo y estar limpio.
. No se debe dejar que el bebé se acalore. La mejor temperatura ambiente para el bebé es entre 16 y 18 grados centígrados.
. Si la mamá está enferma o tiene algún tipo de enfermedad que cause que no se despierte en respuesta a una necesidad del bebé, es mejor que no duerman juntos.
. Es preferible usar sábanas y mantas en lugar de colchas o de edredones de plumas.
. No se le debe poner demasiada ropa al bebé ni cubrirle la cabeza. Debe vestirlo con la misma cantidad de ropa que usted se pondría. Si arropa al bebé con la misma manta con que usted se arropa, no debe meterlo en un saco de dormir. Tampoco conviene arroparlo tanto que se pueda acalorar (además el contacto de su piel con la del bebé facilita la lactancia y calma al bebé.)
También hay que evitar que el bebé se lesione; para ello:
. Asegúrese de que el bebé no se pueda caer de la cama o atascarse entre el colchón y la pared.
. Asegúrese de que su pareja sepa que el bebé también está en la cama si no se acuestan al mismo tiempo.
. Si comparte la cama con un niño mayor, es mejor que usted o su pareja se acuesten entre el niño y el bebé. 
. No les permita a las mascotas acostarse en la cama en que duerme el bebé.

 
 
         Existe una revisión exhaustiva y muy recomendable de la Revista de Pediatría en Atención Primaria acerca del colecho que puedes leer a través del siguiente enlace:
http://www.pap.es/FrontOffice/PAP/front/Articulos/Articulo/_IXus5l_LjPqlUW3MgBYqUOo3pZo2bcxK1KHpHOmSPXbPfjZosEGNyQ


Cris Valiño

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