domingo, 16 de diciembre de 2012

VIH/SIDA



¿Qué es el VIH?

Las siglas significan Virus de la Inmunodeficiencia Humana. Este virus afecta a los linfocitos CD4, células fundamentales del sistema inmunitario, alterando o anulando su función dando lugar a la consiguiente inmunodeficiencia. Para invadir una célula CD4, el VIH necesita adherirse o encajarse en ella. Se considera que el sistema inmunitario es deficiente cuando deja de poder cumplir su función de lucha contra las infecciones y enfermedades. El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es un término que se aplica a los estadios más avanzados de la infección y se define por la presencia de alguna de las más de 20 infecciones oportunistas o de cánceres relacionados con el VIH.

¿Cómo se transmite?

El VIH se encuentra en la sangre, semen, flujo vaginal y leche materna de una persona infectada. Su transmisión se produce cuando una cantidad suficiente de estos fluidos ingresa en el torrente sanguíneo de otra persona.

Esa transmisión puede producirse de diversas maneras:
-         Relaciones sexuales sin protección
-         Contacto con  sangre
-         Uso de hemoderivados
-         Drogas inyectables
-         De madre a hijo durante el embarazo, parto o lactancia.

Es importante aclarar en este apartado que el virus no se transmite por la saliva ya que en este fluido no hay una concentración elevada del virus.

Además hay factores en contra de la transmisión: en la boca existen enzimas de la saliva que inhiben la actividad del VIH, la competencia de éste con otros microorganismos en la cavidad bucal, el paso del aire (el oxígeno es letal para el VIH), el corto tiempo de permanencia y la escasa cantidad de los fluidos infectantes en la boca...

Sin embargo, para eliminar hipotéticos riesgos, se debe evitar esta práctica sexual si se prevé que la persona infectada pueda sangrar de forma espontánea (encías sangrantes, aftas, infecciones gingivales, extracción reciente de piezas dentarias, herpes labiales...).

Etapas de la enfermedad

-Fase inicial, precoz o aguda: el paciente puede no presentar síntomas. Independientemente del mecanismo de trasmisión, los síntomas que aparecen tras el contagio guardan relación con la dosis infectante, la virulencia de la cepa y la capacidad de respuesta del sujeto infectado. Las manifestaciones clínicas más frecuentes son las siguientes: Fiebre, sudoración, adenopatías, odinofagia, erupción cutánea, etc.

-Fase intermedia o crónica: esta fase tiene una duración variable, que se estima en varios años, y en ella persiste la proliferación viral, aunque a bajo nivel.. Se desarrolla una infección crónica que se mantiene con diversos grados de replicación del virus durane años antes de que el paciente manifieste una enfermedad clínica. Durante esta fase los pacientes suelen estar asintomáticos, con o sin adenopatías, trombocitopenia o mínimos trastornos neurológicos.

 -Fase final, de crisis o de sida: coincide con una profunda alteración del estado general del paciente, aparición infecciones oportunistas, neoplasias y alteraciones neurológicas. Es el momento en el que se considera que el infectado por el VIH tiene SIDA.
Se tarda un período promedio de 10 años para que alguien infectado con el virus lo desarrolle. El pronóstico de supervivencia es variable; parecen influir la edad, el mecanismo de contagio y la forma de presentación. Alguien que presenta problemas de desnutrición puede desarrollar SIDA con mayor rapidez. El tratamiento con antirretrovirales ha mejorado la supervivencia.

¿Cómo se detecta?

Las pruebas de diagnóstico que se emplean habitualmente son tests (análisis de sangre) que miden los anticuerpos que genera el organismo frente al VIH .El sistema inmunitario tarda un tiempo en producir anticuerpos suficientes para ser detectados por la prueba, y este tiempo no es igual para todo el mundo. A este tiempo en el que se puede obtener un resultado negativo, aún estando infectado, se le conoce a menudo como "período ventana". Generalmente se tarda entre 2 y 8 semanas tras la infección en desarrollar anticuerpos detectables, y casi todas las personas los han generado a los 3 meses de la práctica de riesgo. No obstante en algunos casos se puede tardar más. Por esto, en algunos casos concretos, como las personas con prácticas de riesgo reiteradas o una historia clínica incompatible con el resultado de la prueba, el médico valorará si está indicado repetirla a los 6 meses.


En la mayoría de los casos se usan técnicas inmunoenzimáticas (EIA, ELISA) en una muestra de sangre. En caso de que el resultado sea positivo se confirma igualmente de forma automática en el laboratorio sobre la misma muestra, con una prueba más específica, siendo el Western Blot el método más empleado.

El VIH también puede determinarse por métodos directos que incluyen el cultivo vírico, la determinación del antígeno p24 en plasma o suero y la demostración de genoma vírico mediante técnicas de biología molecular (PCR). Estos métodos se reservan para situaciones especiales: estudios de variabilidad genética, diagnóstico de recién nacidos, screening de donantes, seguimiento de estos pacientes, etc. 


La carga viral es la cantidad de virus circulante en la sangre. Nos indica cuál es el grado de actividad del virus en el organismo. Esta se utiliza para evaluar la eficacia del tratamiento y el pronóstico de la infección.

¿Cómo se trata?

Actualmente no es posible hablar de curación. En la actualidad existen más de 25 fármacos antirretrovirales para ayudar a las personas con VIH a desarrollar una vida más larga y más sana. Estos fármacos se clasifican en 4 clases:
  • Inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de los nucleósidos (ITIN)
  • Inhibidores de la transcriptasa inversa no análogos de los nucleósidos (ITINN)
  • Inhibidores de la proteasa (IP)
  • Inhibidores de fusión (IF)
Normalmente se toma una combinación de estos fármacos antirretrovirales, lo que se conoce como terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA).La combinación de estos medicamentos está diseñada para evitar que el virus realice copias de sí mismo, parar su avance y minimizar los potenciales efectos secundarios.

En 2011 hubo 2,5 millones de nuevos casos de infección por el VIH, y se calcula que 1,7 millones de personas murieron. Eso representa 700.000 nuevas infecciones menos que hace 10 años y 600.000 muertes menos que en 2005. Dada la propagación actual de la epidemia, llegar a cero parece difícil, pero se están haciendo progresos importantes

Detener el VIH es responsabilidad de todos

Alba Martínez

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